Estaba hace un ratito calentando el aceite para freirme dos huevos con puntillas, cuando me dió por asomarme al balcón. Y hete aquí... bueno, q apareció una lechuza. O una coruja como le decimos por aquí. Se emperchó enfrente de mis narices, en un cable de teléfono y se puso a examinar concienzudamente el campo frente a mi casa, buscando algo. Esos movimientos tan curiosos... parecía estar dudando sobre qué patita apoyar el peso mientras su cara blanca basculaba hacia acá y hacia allá como si no tuviera conexión con el resto de su cuerpo. Son unos animales hermosos estos dinosaurios modernos. Lástima q sólo se dejen ver de noche. O tal vez eso es una de las razones por la que me gustan tanto las corujitas.
Menos mal q se fue pronto y volví a recordar la comida en el fuego! Por cierto, q bueno estaba esto... Y ahora yo me pregunto: ¿estaría la coruja contemplando algo con el mismo interés q yo la contemplaba a ella? ¿Había algun bichito tan mono e impresionante para la lechuza q después de contemplarlo y llena de un sentimiento de satisfacción lo dejó en paz? Yo lo dudo. La lechuza es hermosa pero tambien es una asesina implacable, sin duda. ¿Otro de sus atractivos?
Enviado por ateofilo a las 08:46 | 4 Comentarios | Enlace
|